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10 de febrero de 2012

LA SENTENCIA DE PLAZAS VEGA: UN GOLPE DE ESTADO DE LA RAMA JUDICIAL?

En Colombia y como están las cosas es preferible ser secuestrado por la guerrilla que caer dentro del “sistema” Judicial. Al menos como secuestrado se sabe a ciencia cierta la suerte que se va a correr, por horrible que esta sea; pero ingresar al sistema judicial es todo un albur y en la mayoría de los casos resulta más espeluznante que permanecer secuestrado en plena selva. Dependemos de la INTERPRETACION de las leyes de los “honorables funcionarios” juzgadores y de acuerdo a un comunicado publicado por la misma Rama, las decisiones de sus miembros son indiscutibles, irrebatibles y de “Estricto Cumplimiento”.

Aun cuando estas decisiones violen TODOS los principios democráticos y jurídicos. Empezando por la Constitución. Pasando por encima de todos los principios y valores de un supuesto Estado Social de Derecho. Cuando los funcionarios de la Rama amparando sus decisiones en los principios De Acierto y De Legalidad, rompen flagrantemente estos principios al INTERPRETAR  la ley, desechando lo evidente y aplicando lo amañado.

No habíamos vuelto a hacer comentario alguno de los aconteceres jurídicos desde finales del año pasado. No porque no hubiera que comentar. Todo lo contrario, sino porque es tan espeluznante lo acontecido que comentarlo y en el estado en el que están las cosas, produce miedo siquiera decir algo.
Si MIEDO, miedo a hablar porque no se sabe la suerte que se pueda correr por usar el derecho a la libre expresión. En una país donde la palabra derecho, no es sino eso, una palabra más del diccionario porque es violado permanentemente. Juzgado y castigado duramente. Y esto sucede cuando los miembros del colegiado de la Rama Judicial no buscan hacer justicia sino generar venganzas, cobra o pagar favores.

No solo es la absurda sentencia al Coronel Plazas Vega, lo único acontecido en este tiempo. Es el caso del alumno de los Andes, el cual también tiene muchos vacios y más chismes aún… Perdón declaraciones.
Lo es también el caso del muchacho grafitero; o las millonarias indemnizaciones pagadas a falsas víctimas de una masacre, pagos gestados por un colegiado de abogados y avalados por uno de los estamentos de la Rama, en cabeza de uno de sus “honorables funcionarios”. Esto último deja de manifiesto la forma en que se avalan las pruebas documentales y solo se tiene en cuenta las testimoniales, por las cuales ya se ha visto la cantidad de personas condenadas por falsas denuncias.

Lo más complicado de todo esto, es que, y no para justificar a nadie; estamos en manos del millonario negocio del narcotráfico y su nefasta influencia. Que no acabó con la muerte de Pablo Escobar o la entrega de los Rodríguez Orejuela; solo cambio de mano.

Paso a manos más complicadas, porque además se supone que tienen “ideologías políticas”. Y reza un dicho: que no hay nada más peligroso que un ignorante con iniciativa. Y esas supuestas ideologías y lucha por una Colombia mejor solo se resumen en una sola palabra: PODER! Y ese ahora el único que lo da es el dinero, no las ideologías.

Tanto las AUC como las FARC, no son sino narcotraficantes disfrazados. Lobos con piel de oveja, haciéndole creer al analfabeta e ignorante pueblo colombiano que luchan por darles un mejor vivir.
Quizás eso fuera cierto en el momento de su concepción, pero una utopía y un sofisma de distracción desde hace mucho tiempo.

No es desconocido, sin poderlo afirmar a ciencia cierta, que personas como el ex presidente Uribe tuvo que defenderse y defender a su familia de las crueldades de la guerrilla; que eso lo haga parte de las AUC no lo podemos afirmar, pero  el entredicho de tener que defenderse, ya da un gran medida para al menos considerarlo. Y no es secreto para nadie que para las AUC  su mayor fuente de ingresos es el narcotráfico.
Que opción le quedaba en ese momento a la Rama para nivelar la balanza?
Tampoco se puede afirmar que la Rama se haya vendido a las FARC, reconocidos narcotraficantes y terroristas, pero si hay varias situaciones que también dan parámetros para imaginarlo: La sentencia de la Corte en cuanto a los computadores de Reyes es otra sentencia bastante absurda; la fiscal Buitrago ahora trabajando de la mano con Petro conocido exguerrillero del M-19. Varios magistrados son miembros del Polo Democrático, partido político creado precisamente por ex guerrilleros… Y definitivamente señores: el que es no deja de ser. 

Colombia no es la excepción de la situación mundial, con un agravante: en Colombia la constante desde Bolívar hasta nuestros días, como lo ha sido a través de la historia de los países conformados por la Gran Colombia, es que les gusta la plata fácil. Y aquí no estamos hablando precisamente de tres pesos. Y en Colombia, muy contadas excepciones, todo tiene precio; desde las personas, pasando por las instituciones y terminando con la vida humana.

Somos un país de barbaros y sanguinarios al mejor estilo de una película de Quentin Tarantino. La premisa moral más grande es el poder, sin importar que se requiera para conseguirlo.

La Rama Judicial no tiene que dar de frente un golpe de estado porque tiene de por sí ya el poder en su mano, condenando y sacando del ruedo a quien no les convenga; y con más beneficios económicos legales, incluso más que el mismo poder ejecutivo, superando en su sistema por mucho los beneficios laborales y pensiónales de TODOS los demás colombianos.

Aquí no se trata de que el ejecutivo salga a “cuestionar” los accionares del judicial. Que el legislativo tenga que cazar pelea alguna con el ejecutivo y el judicial para poder legislar con transparencia o que el judicial deba “salir a DEFENDER sus actuaciones”.
Mientras las leyes sean aplicadas y no interpretadas, sin violar la Constitución no existe la necesidad de cuestionarlas. En tanto las reformas o nuevas leyes sean debatidas buscando el bien común y no el individual, no deben ser objeto de pelea alguna. Y mientras los miembros del ejecutivo se dediquen a realizar la labor para la cual fueron elegidos, el judicial o el legislativo no tiene porque intervenir.

Es que en un Estado Social de Derecho, en una DEMOCRACIA REAL, los tres poderes deben ir de la mano, unidos para buscar el bien común.
En Colombia, y ahora más que nunca esto no se da.

El MIEDO  es la constante, es lo que genera el terrorismo. Y el terrorismo no siempre nace de las bombas o ataques violentos. El peor MIEDO es el que genera el silencio, lo oculto.
Dentro de un sistema donde la justicia se maneja como una de las formas de jugar póker, a juego tapado; donde las partes de un proceso no pueden conocer las actuaciones del contrario y son sujetas a la interpretación y decisiones de los que aplican la ley y no a la aplicación de la ley misma, termina en una sola premisa: la del TERRORISMO  y si este viene de los mismos que nos gobiernan es retroceder a la época de la Santa Inquisición.

Y lo más espelúznate por darle un suave calificativo a la situación, es que la misma sentencia de Plazas Vega, solicitado por el Tribunal Superior de Bogotá, que sea una Corte Internacional la que ejerza justicia, lo deja de presente. Dándoles también la razón a los funcionarios que son requeridos y que han huido del país, buscando asilo en otros países, aduciendo que solicitan el asilo porque en Colombia se viola flagrantemente el derecho al debido proceso y que no se da garantía alguna de ser juzgados con imparcialidad.

Aunque reza otro dicho: LA HISTORIA A TRAVES DEL TIEMPO SIEMPRE TIENDE A REPETIRSE. Qué tristeza que solo se repita para volver a lo malo y no para lo bueno!